Era un 6 de abril , era el dia de mi transfer, estaba muy nerviosa y ilusionada, llena de esperanzas,no me lo podía creer, en breve tendría a dos embrioncitos dentro de mi, y si todo iba bien en poco tiempo estaría embarazada!!!
Por la mañana nos dirigimos a la clínica, después de esperar un ratito en la sala de espera, me llamó la misma enfermera que atendió a mi chico cuando su pequeña operación y la misma que me acompañó en mi primera punción. Por unos momentos recordé esos momentos vivídos anteriormente, la voz de la enfermera que me estaba llamando me sacó de mis pensamientos, me acompañó hasta la habitación y me indicó que me pusiera el camisón y me preparara, que en breve vendría el gine a buscarme, estaba muy nerviosa, le pregunté si tardaría mucho la transfer, me dijo que sería breve y que me tranquilizara que no me harían daño como en la punción ,que esta vez era otra cosa.
Nos dejó un momento a mi chico y a mi solos en la habitación y al cabo de un ratito, entró por la puerta la bióloga y la gine, no era el gine que me llevaba, era la primera gine que en su día me hizo la primera visita y que estaba embarazada y que al coger la baja por maternidad, me derivó al gine que me llevaba ahora, la reconocí enseguida, le pregunté si ya había tenido a su bebe, y me dijo que si .que todo había ido muy bien.
La bióloga me explicó que me iban a transferir 2 embriones frescos , 1A y otro B, que tenían entre 7 y 8 células y que se veían muy bien.
Me despedí con un beso de mi chico y nos fuímos hacia el quirófano, el mismo quirófano, la misma gente, todo igual que en mi punción, pero esta vez era diferente, esta vez iba a recibir a mis futuros hijos, solo de pensarlo me emocionaba. Me acosté en la camilla y la gine empezó a trabajar, empezé a notar algunas molestias por ahí abajo, me preguntó si había hecho pipí y le dije que si, no pregunté más, (luego supe que en las transfer te piden que retengas el pipí para ver mejor el útero, a mi nadie me había dicho nada ), cuando hacia un ratito empezé a notar un dolor, mucho dolor, tenía a la enfermera al lado cogiendome de la mano y hablandome, yo me quejaba y la gine se estaba poniendo nerviosa, no se que pasaba pero no me podía poner la canutilla, me dijo que tengo el útero en forma de T y que era una transferencia difícil, yo ya no podía con el dolor, lo intentó dos o tres veces, al final le indicó a la bióloga que le diera la canutilla, al ver la canutilla, y saber que allí dentro iban mis futuros hijos, me puse a llorar, la enfermera me secaba las lágrimas, la gine metió la canutilla y por un monitor vi dos minúsculos puntitos blancos, ahí estaban mis embrioncitos, Dios mío que emoción más grande, que ilusión!! que momento más mágico!!!, sentí no poder compartir ese momento con mi chico, no le dejaron entrar en el quirófano, mis mejillas estaban llenas de lágrimas, finalmente la gine terminó, se acercó a mi y se disculpó, ya que la transferencia había sido un poco difícil por la ubicación de mi útero, me dió un beso en la mejilla y me deseó suerte, agradecí enormemente ese gesto de su parte.
Enseguida me pasaron a una camilla y me llevaron a la habitación , ahí estaba mi chico todo nervioso esperandonos, cuando me vió se emociono y nos fundímos en un abrazo lleno de amor y emoción, yo no podía parar de llorar, estaba muy emocionada, estuve como media hora en la habitación, mi chico me acariciaba la barriga, y me daba besos, me hizo una foto para recordar ese momento tan especial. Al cabo de un ratito vino otra vez la gine y me dió la pauta de la medicación, me dijo que ya me podía vestir y marcharme. Mi chico me tuvo que ayudar a vestirme, tenía miedo de levantarme, miedo de caminar, de agacharme, tenía miedo hasta de hacer pis, tenía miedo por si les podía hacer daño a mis chiquitines.
Por el camino hacia casa, les iba hablando a mis chiquitines y acariciandome la barriga, no me lo podía creer!!! era una sensación única que no podía describir, era un cúmulo de sensaciones, un cóctel de emociones.
Tenía tres días para descansar y hacer reposo, me pasé los tres días en el sofa, me levantaba de vez en cuando para dar paseitos chiquitos por la casa, pero quería cuidarme mucho y no hacer nada que pudíera perjudicar a mis chiquitines. Llegó el lunes y tuve que ir al trabajo, pero como mi trabajo no es de hacer esfuerzos, fuí al trabajo y nadie sabía nada, solo yo y mi chico. Me quedaban 12 días de espera, 12 días llenos de esperanzas.