martes, 17 de septiembre de 2013

Segundo ciclo

Los días siguientes al fracaso del primer ciclo, fueron difíciles, se me hacía cuesta arriba hablar del tema, mis familiares me venían a ver en casa, como si yo fuera una enferma, me llamaban, se compadecían de mi, preguntaban una y otra vez, me animaban...... ya sé que lo hacían de corazón para animarme, pero lo que menos necesitaba en estos momentos, era hablar, dar explicaciones, volver a contar la misma historia una y otra vez...... los comentarios me hacían daño. Para el colmo del colmo, mi compañera de trabajo , lo contó a otra compañera suya y así se fué extendiendo la notícia del negativo. Salía a la calle y la gente me paraba para preguntar, para darme ánimos, para opinar...... este período de tiempo lo recuerdo como una montaña rusa, había días que parecía que todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo para preguntar, para hablar del tema, para dar opiniones......No tenía ganas de salir a la calle, para no repetir siempre la misma historia. Intentaba  mostrarme fuerte y  tranquila, aceptar los comentarios de la gente, los consejos y intentaba  dar  las mínimas explicaciones, pero cuándo llegaba a casa se me caía la coraza y  me derrumbaba. Y así pasando los días, la cosa se fué calmando y terminaron las preguntas, los consejos....... me prometí a mi misma, que en el próximo tratamiento no se lo diría a nadie.

Era el mes de noviembre cuándo volvímos a pedir cita con el gine para programar el nuevo ciclo FIV, esta vez con hormonas. Llegamos a la consulta y como siempre teníamos que esperar mínimo media hora más de la prevista,como mínimo. El gine siempre llevaba retraso, en la sala de espera mi chico me comentaba que no entendía como en una clínica privada, pudiera pasar una cosa así, que un día puede llevar retraso el gine, dos también pero, que siempre siempre!!! yo le decía que paciencia que eso funcionaba así, entendía perfectamente su enfado, después de una jornada laboral completa, y la hora de viaje hacia la clínica más otra hora  de vuelta a casa, estabamos cansados, pero allí estabamos, con la esperanza puesta que esta vez saldría mejor que la anterior. 
Al cabo del rato nos llamaron, entramos en la consulta, el gine sacó mi historial y anotó en una plantilla las pautas de la medicación,(fosfipur,menopur y procrin),  era la primera vez que oía estos nombres de medicamentos, era muy novata en todo este mundillo........me enseñó como me tenía que pincharme  y quedamos para dentro de 8 días para ver como iban mis óvulos.
 Al llegar a casa se me ocurrió leer el próspecto de la medicación, madre mía!!!!, me puse mala de leer todo lo que ponía, efectos secundarios, contradicciones......me cogió hasta miedo, pero, que era lo que me iba a poner en el cuerpo?
El encargado de pincharme era mi chico, pasaban los días y notaba los efectos típicos de la medicación, me sentía hinchada, pero nada mas. Me preguntaba si eso era buena o mala señal, me hice asidua a buscar información por internet, visitar páginas de tratamientos, foros.... pero al final acababa mareada, cada mujer era un mundo,  y los sintomas eran diferentes de unas a otras,  los resultados del tratamientos, medicación.....Había diversidad de opiniones. Y así  entre pinchazos  y consultas para ampliar mis conocimientos , fueron pasando los días y llegó el día de la visita para saber como habían respondido mis ovarios.

4 comentarios:

  1. Las esperas en las clinicas de infertilidad suelen ser habituales y larguisimas. A mi tb me paso lo mismo cuando lei el prospecto: casi me dio un patatus de las contraindicaciones que tenia. Pero no habia vuelta atras... Un besito.

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  2. Uy, yo los prospectos los deje de leer hace mucho, aunque se que está mal. Que bien que te enseñaran pincharte, yo me tuve que mirar un video en youtube, te lo prometo!

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  3. Yo al principio los leía todos, pero como soy un poco hipocondríaca, al final no los leía, que luego parecía que tenía todos los síntomas.
    Lo de las largas esperas, nosotros una vez casi dos horas, y como vosotros más de 1 hora para volver a casa, pues nos mosqueabámos un montón.
    Un beso

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  4. Puf, lo de los prospectos... Cuando desdoblé uno y vi que se convertía en una página de casi un metro por un metro, lo volví a doblar y dije ¡que pase lo que tenga que pasar! Y también tuve que ver un video en YouTube para saber como preparar alguna medicación y ponérmela

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